Un incendio devastador se desató en el sur de California, cerca de Hughes y del lago Castaic, y se ha propagado rápidamente, consumiendo más de 2 mil hectáreas desde su inicio. El fuego comenzó alrededor de las 10:53 a.m. hora local de este miércoles, y los equipos de bomberos se apresuraron a enfrentar las llamas que se extendían a un ritmo alarmante, abarcando 23 campos de fútbol cada minuto. Con la situación empeorando, autoridades y bomberos han señalado que el incendio podría convertirse en un desastre masivo.
Expertos en incendios, como Jacob Weigler, han comparado la magnitud del fuego con una catástrofe nuclear debido a su velocidad y la dificultad para controlarlo. Weigler indicó que se había comunicado con colegas cercanos y que las solicitudes iniciales de ayuda de los bomberos indicaban que el incendio podría escalar en gravedad. Los equipos de emergencia, tanto en tierra como aéreos, están luchando contra las llamas, pero el fuego sigue descontrolado en varias áreas.
Ante la creciente amenaza, las autoridades han ordenado la evacuación de aproximadamente 19 mil personas en las áreas al sur y oeste del incendio. Además, miles de personas más están bajo advertencias de evacuación, mientras los bomberos continúan su arduo trabajo para frenar la expansión del fuego. Las evacuaciones están enfocadas en proteger la vida de los residentes y minimizar los daños a las propiedades cercanas.
El área afectada por el incendio incluye a Castaic, una comunidad con más de 18 mil habitantes, ubicada junto al lago Castaic, un importante embalse que abastece de agua a la ciudad de Los Ángeles. También está la cercana ciudad de Santa Clarita, hogar de más de 224 mil personas, famosa por el parque temático Six Flags Magic Mountain. Las autoridades están tomando medidas para proteger estos puntos críticos y evitar que el incendio cause estragos en las ciudades cercanas.
Los bomberos continúan trabajando incansablemente mientras el fuego amenaza con avanzar más, afectando a más áreas residenciales y naturales. La magnitud del incendio y la velocidad con la que se ha extendido suponen un desafío monumental para los equipos de emergencia que luchan por controlarlo.
