El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, expresó su intención de detener la compra de petróleo a Venezuela como parte de su estrategia para presionar al gobierno de Nicolás Maduro, quien recientemente asumió un tercer mandato tras una reelección cuestionada. Durante una conferencia en sus primeras horas como presidente, Trump aseguró que su país no depende del petróleo venezolano y consideró aplicar un nuevo embargo contra la nación sudamericana.
En respuesta a preguntas de la prensa, Trump destacó que Estados Unidos está observando a Venezuela con “mucho interés”. Subrayó que el país, que alguna vez fue próspero, ahora se encuentra en un estado crítico. También señaló que su administración evaluará el impacto de detener las importaciones de crudo, afirmando que esta medida podría transformar significativamente la situación de Venezuela.
El mandatario recordó que durante su primer mandato ya había implementado embargos contra el gobierno de Maduro y sugirió que estas acciones podrían repetirse. Según Trump, Estados Unidos cuenta con suficientes reservas de petróleo, lo que elimina la necesidad de importar crudo venezolano. “Eso cambiaría Venezuela bastante”, afirmó al referirse a las posibles repercusiones de estas políticas.
Por su parte, el recién nombrado secretario de Estado, Marco Rubio, insistió en la importancia de revisar las licencias otorgadas a empresas como Chevron, que aún operan en Venezuela. Rubio advirtió que estas compañías aportan recursos significativos al régimen de Maduro, lo que, según él, dificulta un cambio político en el país.
La nueva administración republicana parece enfocarse en endurecer su postura hacia Venezuela, apostando por medidas económicas y diplomáticas que podrían agudizar la crisis ya existente en el país sudamericano.
