En un escenario de creciente tensión, el gobierno de Estados Unidos informó sobre la incautación de un buque cargado con petróleo venezolano frente a las costas de ese país sudamericano, acción anunciada directamente por el presidente Donald Trump como parte del endurecimiento de su postura hacia la administración de Nicolás Maduro. El mandatario estadounidense describió el barco como uno de los de mayor tamaño jamás asegurados por su país, aunque evitó detallar las razones concretas del operativo y aseguró que Washington podría quedarse con la carga, incrementando así la incertidumbre diplomática en medio de un conflicto ya marcado por constantes fricciones políticas y comerciales.
Tras la revelación del operativo, los mercados registraron ligeras variaciones, especialmente en los futuros del petróleo West Texas Intermediate, que cerraron al alza. La intervención militar estadounidense, poco habitual tratándose de un buque mercante, ha sido interpretada como la más reciente maniobra de presión contra el gobierno venezolano, a quien Washington acusa sin pruebas de estar vinculado con actividades de narcoterrorismo. Este tipo de acciones forma parte de una estrategia más amplia que ha incluido ataques a embarcaciones señaladas, también sin fundamentos públicos, de transportar drogas en el Caribe y el Pacífico, hechos que han derivado en decenas de muertes y un creciente cuestionamiento por parte del Congreso de Estados Unidos.
De acuerdo con funcionarios estadounidenses, la operación fue ejecutada por la Guardia Costera con respaldo de la Marina, quienes actuaron bajo legislación federal. Integrantes de esta fuerza fueron trasladados desde el portaviones Gerald Ford para abordar el buque, que navega por el Caribe como parte de una flotilla que llegó a la región el mes anterior. Informes adicionales señalan que la nave, identificada como Skipper, se dirigía hacia Cuba y transportaba cerca de dos millones de barriles de crudo pesado, parte de ellos presuntamente vinculados a transacciones de la empresa estatal cubana Cubametales con intermediarios energéticos asiáticos. Este escenario refuerza los señalamientos sobre redes de comercio marítimo que operan al margen de sanciones y supervisión internacional.
Las autoridades estadounidenses difundieron imágenes de la operación, mostrando a elementos de la Guardia Costera descendiendo en helicóptero y avanzando armados por la estructura del barco. La secretaria de Justicia, Pam Bondi, aseguró que la embarcación había estado involucrada durante años en esquemas ilícitos de envío de crudo que, según Washington, contribuyen al financiamiento de organizaciones consideradas terroristas por ese país. Sin embargo, no se ofreció información precisa sobre la tripulación, su nacionalidad o su estatus tras la incautación, lo que añade más dudas sobre el manejo del operativo y sus implicaciones legales.
En medio de este ambiente tenso, surgieron reportes que indican que el Skipper habría enarbolado de manera indebida la bandera de Guyana, lo que provocó que la autoridad marítima de ese país anunciara acciones legales por el uso no autorizado de su insignia. Expertos en riesgo marítimo también situaron la incautación durante la madrugada frente a Venezuela. Según análisis citados por Bloomberg, este tipo de intervenciones se relaciona con la expansión de la campaña estadounidense para frenar el flujo de recursos hacia estructuras acusadas de terrorismo, ya que el petróleo sancionado de Venezuela suele transportarse mediante una compleja red de intermediarios, empresas fachada y buques que modifican sus sistemas de rastreo para evitar su detección.
Antes de que se confirmara la captura del buque, el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Turk, exhortó a ambas naciones a reducir las tensiones y evitar una escalada que pueda conducir a un mayor deterioro regional. Su llamado se produce en un momento en que las disputas entre Washington y Caracas parecen intensificarse, y cuando la presión internacional busca frenar un conflicto que podría tener repercusiones significativas en la seguridad y estabilidad del Caribe y de la región continental.