SHEINBAUM ADOPTA ENFOQUE PRAGMÁTICO ANTE AMENAZA DE ARANCELES DE EE.UU.

En un contexto de creciente tensión comercial, la presidenta Claudia Sheinbaum ha delineado una estrategia cautelosa ante la inminente imposición de aranceles por parte de Estados Unidos. En su habitual conferencia matutina, Sheinbaum dejó entrever que México no responderá con medidas espejo, descartando la aplicación de la “Ley del Talión” que caracteriza la política de “ojo por ojo, diente por diente”. Esta postura, según la mandataria, busca evitar una escalada de represalias que podría desembocar en una situación perjudicial para ambos países.

La decisión de Sheinbaum se produce en vísperas del anuncio de Donald Trump, quien ha calificado el 2 de abril como el “Día de la Liberación”, en el que se prevé la implementación de aranceles contra productos de diversas naciones, incluyendo México. Ante este escenario, la presidenta ha enfatizado la importancia de mantener abiertos los canales de diálogo y buscar soluciones que beneficien a México. Si bien reconoció que la imposición de aranceles por parte de Estados Unidos exige una respuesta, Sheinbaum subrayó que esta debe enmarcarse en la búsqueda del bienestar para el pueblo mexicano, priorizando la relación bilateral con el país vecino.

Más allá de la controversia arancelaria, la relación entre México y Estados Unidos abarca una amplia gama de temas, incluyendo la seguridad y la migración. En este sentido, Sheinbaum dejó abierta la posibilidad de intensificar la cooperación en materia de extradiciones, sugiriendo que México podría acelerar el traslado de criminales buscados por la justicia estadounidense. Esta medida, que se suma al inédito envío de 29 narcotraficantes en febrero, podría interpretarse como un gesto de buena voluntad en un momento de incertidumbre comercial.

La decisión de Sheinbaum de priorizar el diálogo y la cooperación sobre la confrontación directa refleja una estrategia pragmática en un contexto internacional complejo. La presidenta parece apostar por la negociación como vía para mitigar el impacto de los aranceles estadounidenses y preservar la estabilidad de la relación bilateral. Sin embargo, esta postura también implica un delicado equilibrio entre la defensa de los intereses nacionales y la necesidad de mantener una relación constructiva con el principal socio comercial de México.

En última instancia, la efectividad de la estrategia de Sheinbaum dependerá de la evolución de las relaciones comerciales entre México y Estados Unidos en los próximos meses. La imposición de aranceles por parte de Washington podría poner a prueba la capacidad de la presidenta para mantener el diálogo y proteger los intereses de México.

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