SELLO HECHO EN MÉXICO FORTALECE A LAS PYMES Y ABRE NUEVAS OPORTUNIDADES DE CRECIMIENTO

El Sello Hecho en México se ha convertido en una herramienta relevante para las pequeñas y medianas empresas del país, al reconocer su valor productivo y facilitar su integración a la cadena de proveeduría nacional. Aunque en el imaginario colectivo este distintivo suele asociarse con grandes corporativos, también está disponible para negocios familiares y emprendimientos que cumplen con los criterios establecidos, lo que les permite reforzar su presencia dentro del mercado interno y mejorar su competitividad.

Uno de los principales beneficios del distintivo es el fortalecimiento de la identidad de las empresas, ya que les otorga mayor visibilidad y genera confianza entre los consumidores. Al portar el sello, las pymes pueden posicionarse como actores confiables dentro de su sector, lo que facilita el acercamiento con nuevos clientes y con otras compañías interesadas en productos de origen nacional. Este reconocimiento también ayuda a destacar el compromiso con la producción local y con prácticas alineadas al desarrollo sostenible.

Un ejemplo de este impacto se observa en Uniformes Lupita, un negocio familiar de la Ciudad de México dedicado a la elaboración de uniformes y cubrebocas. La empresa, con raíces en el oficio de la sastrería y décadas de experiencia acumulada, obtuvo el Sello Hecho en México y desde entonces ha registrado un aumento en su visibilidad. Sus representantes señalan que el distintivo ha fortalecido la confianza de los clientes y ha generado nuevas oportunidades de colaboración con empresas que comparten una visión similar sobre la producción nacional.

En el norte del país, Botanas la Tampiquita, una empresa familiar de Tamaulipas especializada en mazapanes de sabores, también ha encontrado en el sello un impulso para su crecimiento. Tras recibir el distintivo Hecho en Tamaulipas y Hecho en México, el negocio ha ampliado su presencia en ferias y exposiciones, lo que ha acercado a la empresa a su objetivo de llevar sus productos a mercados internacionales. Para sus propietarios, el sello representa un paso clave hacia la consolidación y la posibilidad de exportar.

El proceso para obtener el distintivo implica cumplir con requisitos claros establecidos por la Secretaría de Economía, entre ellos demostrar que la manufactura y los insumos son de origen nacional, además de atender criterios vinculados con la Agenda 2030. Las experiencias de ambas empresas muestran que, cuando la documentación está en regla y los procesos cumplen con lo solicitado, la evaluación puede resolverse en aproximadamente un mes. Este acceso relativamente ágil refuerza la idea de que el Sello Hecho en México es una opción viable para las pymes que buscan crecer, ganar reconocimiento y consolidarse dentro y fuera del país.

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