Martín Escareño Díaz, originario de Guadalupe, Zacatecas, se convirtió en el primer deportado durante el inicio de la segunda administración de Donald Trump. Escareño, de 38 años, llegó a Tijuana el mismo día en que Trump asumió el cargo como presidente número 47 de Estados Unidos, marcando un inicio simbólico de las estrictas políticas migratorias anunciadas por el mandatario.

El hombre, que había vivido en Estados Unidos de manera irregular por una década en el pasado, intentó cruzar la garita de San Ysidro utilizando un documento falso. Las autoridades estadounidenses detectaron la irregularidad, lo que llevó a su detención y posterior deportación a México tras un corto periodo bajo custodia. «Lo había planeado, pero ellos saben bien lo que hacen», expresó Escareño tras su regreso.

La decisión de arriesgarse a cruzar nuevamente fue impulsada por el endurecimiento de las políticas migratorias, que han generado una atmósfera de temor entre las comunidades migrantes. Escareño reconoció que buscaba mejores oportunidades en Estados Unidos, pero el aumento en los controles y las amenazas de deportación masiva limitaron sus opciones.

Zacatecas, su estado natal, mantiene una estrecha relación migratoria con Estados Unidos, siendo una de las entidades con mayor número de connacionales en el extranjero. Según datos de la Universidad Autónoma de Zacatecas, aproximadamente 1.5 millones de zacatecanos radican en Estados Unidos, lo que subraya la importancia económica y social de este fenómeno migratorio.

El caso de Escareño refleja el impacto humano de las políticas migratorias restrictivas. La implementación de estas medidas podría endurecer las condiciones para los migrantes, incrementando la presión sobre aquellos que, como Escareño, buscan un mejor futuro lejos de casa.