La tragedia en el puente de La Concordia, en Iztapalapa, continúa dejando secuelas dolorosas. La Secretaría de Salud Pública de la Ciudad de México confirmó que ya son 20 las víctimas mortales a raíz de la explosión de la pipa que transportaba 49.000 litros de gas propano. Entre los fallecidos más recientes se encuentra el chofer del vehículo, Fernando Soto Munguía, quien perdió la vida tras varios días de hospitalización. A la par, se reporta que 31 personas permanecen internadas con quemaduras graves, mientras que 33 ya recibieron el alta médica.
Los decesos más recientes corresponden a Eduardo Romero, de 30 años, así como a Omar Alejandro García y Edgar Santiago, de 28 y 51 años, respectivamente. Este último murió en el Hospital Regional Ignacio Zaragoza debido a una falla orgánica múltiple. La tendencia muestra un incremento constante en el número de muertes desde el día del accidente, muchas derivadas de las severas lesiones sufridas por las víctimas. Entre los fallecidos, únicamente dos son mujeres, lo que refleja el fuerte impacto en hombres en edad laboral que transitaban o trabajaban en la zona.
El accidente ocurrió la semana pasada, cuando la pipa volcó en plena vialidad del puente de La Concordia, en la salida hacia Puebla, colindante con el Estado de México. De acuerdo con los primeros reportes de la Fiscalía capitalina, el tanque del vehículo se rompió tras recibir el impacto de un objeto sólido, lo que provocó la fuga de gas y posteriormente la explosión. La magnitud del siniestro quedó registrada en videos difundidos en redes sociales, donde se observan llamas de más de 30 metros de altura y escenas de caos entre los automovilistas y transeúntes.
En conferencia de prensa, la fiscal Bertha María Alcalde señaló que la principal línea de investigación apunta al exceso de velocidad como detonante del accidente, aunque no se descartan otras hipótesis. En contraste, vecinos y conductores denunciaron que el mal estado del pavimento, lleno de baches y hoyos, pudo ser un factor determinante, aunque esta versión fue rechazada por las autoridades locales.
El caso ha abierto un debate sobre la regulación del transporte de materiales peligrosos en zonas densamente pobladas y en horarios de alto tráfico. La jefa de Gobierno planteó la necesidad de elaborar un protocolo que limite la circulación de pipas y tráileres con cargamentos de riesgo en áreas urbanas. El tema también fue retomado a nivel federal, donde se propuso revisar a fondo la normativa para evitar que tragedias como esta vuelvan a repetirse en la capital del país.