Las negociaciones para un alto el fuego entre Israel y Hamas siguen estancadas, mientras el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, insistió en que no habrá acuerdo definitivo hasta que el movimiento islamita sea completamente desmantelado. Desde Jerusalén, Netanyahu afirmó que está dispuesto a dialogar por una tregua de 60 días si se cumplen condiciones como la desmilitarización total de la franja de Gaza y la desaparición del poder de Hamas. En paralelo, las fuerzas armadas israelíes reportaron la muerte de 82 palestinos, entre ellos mujeres y niños, en las últimas 24 horas.
Hamas, por su parte, aseguró que no puede haber un acuerdo mientras persista la ocupación militar de Gaza. Según Basem Naim, alto funcionario del grupo, no se puede aceptar la perpetuación del control militar israelí ni que los palestinos queden confinados en zonas bajo ocupación. A pesar de las tensiones, Hamas expresó su disposición a liberar a 10 rehenes como gesto de avance en las negociaciones impulsadas por Estados Unidos, Qatar y Egipto.
Los esfuerzos diplomáticos continúan desde Doha, donde se celebran conversaciones por quinto día consecutivo. Sin embargo, Hamas advierte que temas cruciales como el acceso a ayuda humanitaria, la retirada de tropas israelíes y las garantías para un cese permanente del conflicto siguen sin resolverse. A pesar de propuestas de alto el fuego temporales, la exigencia israelí de desarme total complica los avances.
Mientras tanto, la situación humanitaria en Gaza se agrava. La ONU logró ingresar 75 mil litros de combustible al enclave por primera vez en 130 días, una cantidad insuficiente para cubrir las necesidades mínimas de la población. En paralelo, la Unión Europea anunció un acuerdo con Israel para distribuir ayuda humanitaria directamente entre los civiles. En Cisjordania, autoridades palestinas denunciaron una crisis hídrica severa provocada por la reducción deliberada del suministro por parte de Israel, lo que agudiza aún más el sufrimiento civil en la región.