NUEVO ICEBERG DEL TAMAÑO DE CHICAGO SE DESPRENDE EN LA ANTÁRTIDA

Recientemente, un gigantesco iceberg denominado A-84, que mide 30 kilómetros de largo por 17 de ancho, ha comenzado a moverse por las aguas de la Antártida, desplazándose por la península Antártica. Este iceberg, de tamaño comparable al de la ciudad de Chicago, ha estado rebotando cerca de la costa antártica como parte del fenómeno natural de desprendimiento de plataformas de hielo. Las imágenes satelitales capturadas entre el 15 de enero y el 15 de febrero de 2025 proporcionan detalles sobre su trayecto, que abarcó unos 250 kilómetros desde su origen en la barrera de hielo Jorge VI.

El A-84, con una forma inusual que recuerda a una papa, fue observado originalmente en la barrera de hielo Jorge VI, un área conocida por su particularidad de tener un frente de hielo tanto al norte como al sur. El desprendimiento fue precedido por la aparición de una grieta en la plataforma, lo que señalaba la inestabilidad de la zona. A medida que el hielo marino estacional se derritió, el iceberg comenzó a moverse por las corrientes oceánicas que arrastraron la masa de hielo hacia otras áreas del océano Antártico.

El fenómeno de desprendimiento de icebergs es común en la región, pero el calentamiento global está acelerando este proceso. Las temperaturas más altas en las aguas del océano y el aire, combinadas con la disminución del hielo marino protector, están afectando la estabilidad de las plataformas de hielo en la península Antártica. La plataforma de hielo Jorge VI, que se ha reducido progresivamente durante las últimas décadas, es ahora más susceptible a fracturarse, lo que podría dar lugar a más desprendimientos en el futuro cercano.

El A-84 es uno de los más recientes desprendimientos en la zona y, al igual que otros icebergs, ha comenzado a ser arrastrado por la Corriente Circumpolar Antártica, que es la corriente oceánica principal en la región. Expertos como Christopher Shuman, glaciólogo de la Universidad de Maryland, han señalado que la velocidad de movimiento de los icebergs depende de varios factores, incluyendo el viento, las corrientes oceánicas y la interacción con otros bloques de hielo. De acuerdo con informes previos, icebergs como el A-68, que se desprendió de la plataforma Larsen C en 2017, viajaron distancias considerables en su primer año, recorriendo más de 1,500 kilómetros.

A pesar de que el proceso de desprendimiento de icebergs es una actividad natural, el cambio climático está intensificando las condiciones que facilitan estas rupturas, lo que genera preocupaciones sobre el impacto futuro en la estabilidad de las plataformas de hielo. Los estudios climáticos han evidenciado que las aguas profundas alrededor de la Antártida están experimentando un aumento de temperatura, lo que acelera el derretimiento de las plataformas de hielo desde abajo, debilitando su estructura y favoreciendo la formación de grietas que podrían resultar en más desprendimientos masivos.

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