La presidenta Claudia Sheinbaum reafirmó que México está dispuesto a cumplir con el tratado de aguas firmado con Estados Unidos y a cubrir el adeudo pendiente, aunque aclaró que los incumplimientos de años recientes no se debieron a falta de voluntad, sino a la severa sequía que afectó al norte del país. Durante una reunión virtual entre autoridades de ambas naciones, se revisaron alternativas que permitan entregar los volúmenes pactados sin comprometer el derecho humano al agua de las ciudades fronterizas ni las necesidades de los agricultores mexicanos. El mensaje del gobierno federal busca dejar claro que existe una ruta de cooperación, pero sin sacrificar la seguridad hídrica nacional.
Sheinbaum también reaccionó a la amenaza más reciente del presidente estadounidense Donald Trump, quien amagó con imponer aranceles de cinco por ciento a las exportaciones mexicanas por el presunto incumplimiento del tratado. Explicó que, aunque en 2023 y 2024 no se entregaron los volúmenes requeridos por la falta de lluvias, en el presente año sí se pudo enviar una cantidad mayor gracias a una temporada más favorable. La mandataria subrayó que el objetivo es cumplir con los compromisos del tratado, pero recordó que las condiciones climáticas determinan la disponibilidad del agua, por lo que cualquier decisión debe tomar en cuenta la situación real de las cuencas.
Al hablar sobre la interacción reciente con Trump, Sheinbaum precisó que durante el encuentro en Washington del viernes pasado el mandatario estadounidense no mencionó el tema del agua en ningún momento. Explicó que no se concretó una reunión bilateral debido a la apretada agenda del expresidente, quien propuso en su lugar un encuentro trilateral con la participación del primer ministro canadiense Mark Carney. Aunque se consideró la posibilidad de que ella se trasladara a la Casa Blanca, esa opción también se descartó por cuestiones de agenda, y ambas partes acordaron programar una visita posterior cuando existan mejores condiciones.
La presidenta destacó que, aunque el asunto del agua no salió a colación, Trump sí abordó con ella el problema del gusano barrenador, plaga que mantiene suspendidas las exportaciones de ganado mexicano hacia Estados Unidos. Sheinbaum explicó que ambos gobiernos están trabajando de manera conjunta para erradicar el brote y que se espera tener lista la planta de producción de moscas estériles antes de junio, cumpliendo con el calendario previsto. Esta instalación es clave para reactivar por completo el comercio ganadero entre ambos países y asegurar que los controles sanitarios se mantengan en niveles adecuados.
Sobre el diferendo por el agua, Sheinbaum sostuvo que la propuesta de México ya ha sido discutida con los gobernadores de los estados fronterizos involucrados: Chihuahua, Tamaulipas, Coahuila y Nuevo León, quienes mostraron disposición para colaborar en el cumplimiento del tratado. Además, detalló que en los próximos días se llevará a cabo una nueva reunión entre funcionarios estadounidenses y el gabinete de seguridad mexicano para dar continuidad a la estrategia conjunta en materia de seguridad. Aseguró que estas conversaciones muestran un entorno de cooperación amplio que incluye temas hídricos, sanitarios y de seguridad, por lo que confía en alcanzar acuerdos sin recurrir a medidas coercitivas.