La noche del pasado lunes se confirmó la localización de la embarcación Regal 33 OBX, que había sido reportada como desaparecida luego de zarpar desde Cayo Hueso, Florida, con destino a Isla Mujeres, Quintana Roo. A bordo se encontraban dos capitanes que lograron ser rescatados después de permanecer a la deriva en altamar tras quedarse sin combustible cuando ya se encontraban próximos a su destino.
El hallazgo de la embarcación se dio gracias a que un buque de carga avistó a los tripulantes y dio aviso a las autoridades, lo que permitió que se desplegaran las acciones necesarias para garantizar su seguridad. La Secretaría de Marina, en coordinación con la Guardia Costera de Estados Unidos, había establecido previamente un operativo especial de búsqueda para localizar tanto a la nave como a sus ocupantes.
Los capitanes Jorge Aragón y Ricardo Argaez pudieron finalmente ponerse en contacto con sus familiares, confirmando que se encontraban en buen estado de salud tras la complicada situación. Durante su rescate, recibieron apoyo de un carguero polaco que transitaba por el Golfo de México, cuyos tripulantes les brindaron alimento y agua mientras aguardaban el arribo de la Marina para concretar su traslado seguro a puerto.
En un video difundido en redes sociales, el capitán Jorge Aragón relató que el percance ocurrió cuando estaban muy cerca de Isla Mujeres, quedando varados en medio del mar sin posibilidad de avanzar. A pesar de la incertidumbre que vivieron durante los días que estuvieron a la deriva, se mostraron agradecidos por la rápida respuesta de quienes contribuyeron a su localización y asistencia.
La situación evidenció una vez más la importancia de los protocolos de seguridad marítima y la relevancia de la coordinación internacional en casos de emergencia. Tanto la intervención de la Guardia Costera estadounidense como el despliegue de la Secretaría de Marina resultaron fundamentales para lograr un desenlace favorable en este episodio que pudo haber tenido consecuencias mucho más graves.
